18 diciembre 2011

Tonos de verde.

Un susurro me dice: “Tan solo siente, tan solo vive”. Ese susurro, se pierde en el aire junto a la brisa que revuelve mis mechones de pelo. Observo, y solo estoy yo, pero siento ese susurro dando vueltas por ahí, y se de quien es y por eso sonrío.
Me da placer saber que él esta conmigo.
Todo se pone de un tinte verde guisante, pero las hojas que se coquetean con la brisa a lo lejos, son de un verde esmeralda. Eso me llena casi tanto como el saber que esta aquí. Por eso, sonrío. 

Me siento en el suelo y demoro en sentirme cómoda, cuando por fin lo logro, mi mente viaja a su sonrisa, y sus ojos almendrados. 
De mi boca se escurre y se hace oír un “gracias” y le dedico una sonrisa. Le agradezco por no faltar. 

Miro para atrás de mí y solo estoy yo, yo entre dunas de arena bañadas cada tanto por hojitas verde mate, esas que hacen sentir que por más fuerte que sople el viento, me mantendré aquí. Acompañada.
 Y ahora observamos, como tantos tonos de verde pasan por enfrente, nos rodean.

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